
¿Qué es una curvadora con mandril y cuándo necesitas usarla?
Muchas veces, cuando se habla de curvar un tubo metálico en frío, no se piensa en la complejidad del trabajo. En que el material metálico es tendencialmente resistente a la deformación.
¿Qué ocurre al curvar un tubo, que es básicamente una chapa enrollada y soldada?
Pues todas esas tensiones, estiramientos y compresiones, se tienen que poder dar dentro de las moléculas del material a curvar, y para ello hay que elegir los mejores materiales, y las mejores herramientas.
A continuación, vamos a ver la más fundamental para evitar dichas deformaciones.
Una de las decisiones más importantes al curvar tubos es si se debe utilizar una curvadora con mandril. No es una cuestión menor: de ello depende que la pieza final conserve su forma, su resistencia y su funcionalidad.
El mandril se conoce vulgarmente como Alma, y en los talleres tradicionales, se sigue utilizando este nombre. En CURVASER utilizamos el nombre técnico, pero también nos gusta llamar al mandril “ALMA”, ya que durante el curvado el mandril se convierte literalmente en el alma del propio tubo.
Aunque muchas veces se opta por curvados sin mandril por rapidez o coste, hay situaciones donde es imprescindible incorporar este elemento técnico. En este artículo te explicamos de forma clara y directa qué es una curvadora con mandril, cómo funciona, en qué se diferencia del curvado sin mandril y, sobre todo, cuándo es obligatorio usarla según el tipo de tubo, el espesor, el radio de curvatura y el material. Si trabajas con piezas que requieren precisión, esta guía te dará las claves para evitar errores y tomar mejores decisiones.


Cómo funciona una curvadora con mandril
El mandril en una curvadora es un componente clave cuando se busca evitar deformaciones internas durante el curvado de tubos. Su función es sencilla pero crítica: se introduce dentro del tubo, justo en la zona donde se va a realizar el radio de curvatura, para impedir que las paredes internas colapsen o formen arrugas.
¿Qué es exactamente el alma?
El mandril es una varilla rígida (a veces flexible en su parte final) que se inserta en el interior del tubo y avanza a medida que el tubo se curva. Dependiendo del tipo de curvadora, el mandril puede ser fija o móvil, y puede tener un extremo esférico, articulado o segmentado para adaptarse mejor al movimiento.
Componentes implicados en el curvado con mandril
Una curvadora con mandril normalmente incluye estos elementos clave:
- Mandril o alma: pieza interior que evita deformaciones.
- Mordazas: fijan el tubo para permitir su desplazamiento controlado.
- Rodillo o matriz de curvado: define el radio deseado.
- Carro de avance: mueve el tubo mientras se curva con precisión.
Este tipo de curvado exige un alineado perfecto entre el mandril y el tubo, y requiere mayor tiempo de preparación. Pero el resultado es un tubo curvado con precisión, sin colapsos internos y con una sección transversal homogénea.
¿Por qué es tan importante el mandril?
Cuando un tubo se curva, la pared externa se estira mientras la interna se comprime. Si no hay soporte dentro del tubo, la zona interna puede arrugarse o colapsar, especialmente si el espesor es bajo o el radio es pequeño. El mandril actúa como una barrera de contención: Obliga a que el tubo estire donde lo debe hacer, para mantener su forma y resistencia.
Curvado con mandril vs curvado sin mandril
A simple vista, curvar con o sin mandril puede parecer una cuestión menor. Pero en la práctica, la elección afecta directamente a la calidad del resultado, a la geometría final del tubo y a su funcionalidad estructural. Aquí comparamos ambos métodos para que tengas claro cuándo conviene uno u otro.
Diferencias técnicas en el resultado final
El curvado sin alma es más rápido y económico, ideal para piezas de gran radio o con tubos de paredes gruesas. Pero no ofrece control sobre lo que ocurre en el interior del tubo durante la curvatura. Esto puede provocar:
- Arrugas internas: en la zona comprimida del radio.
- Ovalización de la sección (el tubo deja de ser perfectamente redondo).
- Reducción del paso de fluido en conductos.
- Pérdida de resistencia estructural: en función del material.
En cambio, el curvado con mandril permite:
- Mantener el perfil circular original del tubo.
- Evitar deformaciones críticas
- Alcanzar radios de curvatura mucho más cerrados sin comprometer la pieza.
- Cumplir con normas técnicas en sectores exigentes como aeronáutica, automoción o hidráulica.
Ventajas del curvado con alma
A pesar de su complejidad y mayor coste operativo, curvar con mandril ofrece ventajas técnicas clave:
- Mayor precisión dimensional y repetitividad.
- Mejor aspecto superficial interior.
- Posibilidad de trabajar tubos de espesor fino sin colapsos.
- Aplicable a materiales delicados como cobre o acero inoxidable fino.
- Es el único método fiable para radios cortos en tubos delgados.
Por eso, cuando se prioriza la calidad del resultado o se trabaja con tubos que podrían colapsar fácilmente, el curvado con mandril no es solo recomendable: es imprescindible.
Cuándo es obligatorio usar alma para curvar tubo
La decisión de usar o no un mandril no debe basarse en intuición o experiencia previa únicamente. Existen criterios técnicos objetivos que indican cuándo el curvado sin mandril es viable y cuándo es necesario incorporar este soporte interno. Los tres factores determinantes son: el espesor del tubo, el material y el radio de curvatura.
Influencia del espesor del tubo
Cuanto más delgado es un tubo, mayor es el riesgo de colapso o arrugado durante el curvado. Como referencia general:
- Si el espesor es menor al 10% del diámetro exterior, el uso de mandril es obligatoria.
- En tubos con relación diámetro/espesor superior a 10:1, curvar sin mandril suele generar ovalización y fallos internos.
- En cambio, tubos de paredes gruesas (relación 5:1 o menor) suelen curvarse sin mandril, especialmente si el radio no es muy pequeño.
Ejemplo:
Un tubo de 50 mm de diámetro con 1 mm de espesor tiene una relación 50:1 → debe curvarse con mandril para evitar colapsos.
El material también importa: acero, inox, aluminio, cobre
El comportamiento del material durante la deformación es clave. Algunos materiales toleran mejor la compresión interna del radio, mientras que otros son más propensos a arrugarse o agrietarse.
- Aluminio y cobre: muy dúctiles pero también blandos → casi siempre requieren mandril en radios pequeños.
- Acero inoxidable: sensible a deformaciones → conviene usar mandril para mantener la forma interna.
- Acero al carbono: admite mayor agresividad, pero el espesor manda.
- Titanio, latón, materiales exóticos: comportamiento impredecible sin mandril, especialmente en piezas críticas.
El radio de curvatura como factor determinante
El radio de curvatura define cuán cerrada será la curva. Y a menor radio, mayor deformación interna y complejidad del trabajo:
- Radios menores a 3 veces el diámetro del tubo suelen requerir mandril obligatoriamente.
- Radios entre 3 y 5 veces el diámetro dependen del espesor y material.
- Radios mayores a 5 veces el diámetro pueden curvarse sin mandril si el espesor lo permite.
Tabla orientativa para decidir si usar mandril:
Diámetro | Espesor | Material | Radio | ¿Requiere mandril? |
30 mm | 1 mm | Inox | 60 mm | Sí |
50 mm | 2 mm | Aluminio | 100 mm | Sí |
40 mm | 3 mm | Acero al carbono | 200 mm | No |
25 mm | 1.5 mm | Cobre | 50 mm | Sí |
Esta tabla es solo una guía: en Curvaser analizamos cada pieza con detalle para definir el método más adecuado.
Qué pasa si no se usa mandril cuando debería
Omitir el uso del mandril en un curvado que lo requiere no solo afecta la estética del tubo, sino que puede comprometer seriamente su funcionalidad y durabilidad. Estos son los problemas más frecuentes que aparecen cuando se intenta curvar sin mandril un tubo que no lo permite:
- Arrugas internas: en la zona comprimida del radio, se forman pliegues que debilitan la estructura del tubo.
- Colapso parcial o total: el tubo puede deformarse hasta cerrarse internamente, impidiendo el paso de fluidos o reduciendo su resistencia.
- Ovalización severa: la sección circular se convierte en oval, lo que afecta la precisión del montaje o el sellado si el tubo se conecta a otros elementos.
- Rotura o agrietamiento: en materiales menos dúctiles, la falta de soporte interno puede provocar fisuras visibles o microgrietas internas.
- Rechazo de la pieza: en sectores regulados (automoción, aeronáutica, hidráulica), una pieza curvada sin mandril fuera de tolerancia será descartada automáticamente.
Además del impacto técnico, esto implica pérdida de tiempo, materiales y dinero. En algunos casos, el fallo no se detecta hasta que la pieza está montada, generando aún más costes.
Por eso, en Curvaser aplicamos un enfoque preventivo: si el análisis técnico indica que el mandril es necesaria, la incorporamos desde el primer momento. Así garantizamos la calidad final y evitamos errores costosos.
Qué aporta Curvaser en el curvado de precisión con mandril
En el curvado industrial, no basta con tener máquinas. Hace falta conocimiento técnico, experiencia acumulada y precisión en cada detalle. En Curvaser llevamos más de 35 años curvando tubos con mandril para sectores donde el margen de error es cero: automoción, hidráulica, maquinaria pesada, energías renovables y calderería de precisión.
Más de 35 años curvando con mandril en piezas exigentes
Sabemos cuándo una pieza puede curvarse sin alma y cuándo no hay alternativa. Nuestra experiencia nos permite anticipar posibles fallos antes de que ocurran, proponiendo soluciones óptimas desde el diseño hasta la ejecución. Hemos trabajado con todo tipo de materiales: inox, aluminio, acero carbono, cobre y aleaciones especiales, adaptando siempre el método al requerimiento técnico.
En cada proyecto, analizamos:
- Geometría del tubo y radio de curvatura
- Espesor y tipo de material
- Tolerancias dimensionales exigidas
- Necesidad de evitar ovalización, arrugas o colapsos
- Compatibilidad con otras fases del proceso (soldadura, mecanizado, montaje)
Maquinaria y personal cualificado para curvados sin errores
Contamos con curvadoras CNC de alto rendimiento equipadas con sistemas de mandril rígido y articulado, lo que nos permite ejecutar radios cortos con máxima precisión. Nuestro equipo técnico está capacitado para ayudarte a ajustar parámetros de curvado y supervisar cada fase del proceso.
El resultado: curvas perfectas, sin deformaciones internas, con tolerancias exactas y acabados profesionales.
Cómo saber si tu proyecto necesita curvadora con alma
Si estás diseñando una pieza curvada o necesitas producir un tubo sin deformaciones, es importante que evalúes desde el inicio si el proceso requerirá mandril. Esta decisión técnica no solo influye en la calidad, también afecta al tipo de maquinaria, al coste del proceso y a los tiempos de producción.
Aquí tienes una checklist rápido para ayudarte a identificar si tu proyecto necesita una curvadora con mandril:
- ¿El espesor del tubo es fino en relación a su diámetro?
- ¿El radio de curvatura es pequeño, menor a 3 veces el diámetro del tubo?
- ¿El material es blando o propenso a arrugarse (aluminio, cobre, inox)?
- ¿Necesitas mantener la sección circular sin ovalización?
- ¿El tubo forma parte de un sistema hidráulico o neumático con paso crítico?
- ¿La pieza debe cumplir normas de calidad estrictas o pasar control dimensional?
Si respondiste afirmativamente a una o más preguntas, es muy probable que el uso de mandril sea obligatorio o altamente recomendable.
En Curvaser te ayudamos a tomar la decisión correcta desde el primer momento. Analizamos tu plano, tus requisitos y el comportamiento del material para ofrecerte la mejor solución técnica, sin improvisaciones y con garantía de resultado.


